Los baños de agua fría han sido utilizados frecuentemente por deportistas profesionales y aficionados para la rehabilitación de lesiones. Sin embargo, afectan al cuerpo de forma totalmente diferente a la Crioterapia de Cuerpo Completo en Criosauna. En efecto, esta Crioterapia ha demostrado ser más efectiva, más confortable y no produce efectos secundarios indeseados. ¿Cuáles son las diferencias entre los baños de agua helada y la Crioterapia de Cuerpo Entero en Criosauna?

El proceso de baños helados implica sumergir el cuerpo en agua a una temperatura de entre 7° a 15° Celsius, durante 15 o 20 minutos. La respuesta del cuerpo es calentar sangre en el torso y enviarla a las extremidades. Así es como el cuerpo intenta mantener la temperatura normal en la piel y los tejidos, y combatir el entorno del agua helada. Esta respuesta continúa mientras el cuerpo siga teniendo energía para calentar la sangre y evitar la hipotermia. Cuando el cuerpo ya no pueda calentar suficiente sangre, el frío comienza a penetrar los tejidos y los músculos, y también enfría la sangre.
Mientras está sumergido en un baño helado, el cuerpo está luchando contra un implacable y penetrante frío físico. Cuando el cuerpo ya no puede calentar suficiente sangre, los músculos y tejidos comienzan a enfriarse y congelarse, comenzando en la superficie de la piel y continuando hasta el núcleo. El resultado son músculos y tendones entumecidos, y una gran dificultad por calentarse nuevamente.
El peligro de los baños helados es que si el cuerpo se enfría demasiado, se puede llegar a la hipotermia. Además de ser sumamente incómodo y potencialmente peligroso, los baños de agua helada interrumpen el suministro de oxígeno hacia la epidermis, lo que puede provocar enfermedades de la piel.
La Crioterapia de Cuerpo Entero en Criosauna es totalmente diferente. El cuerpo está en una ambiente de ‐104°C a ‐196°Celsius (grados bajo cero) durante 2 a 3 minutos. La temperatura central (interior) del cuerpo permanece intacta, en unos 37°C. La piel, en cambio, se enfría rápidamente hasta 1°C o 0°C. La experiencia es muchísimo más cómoda que en un baño de agua fría y hielo, porque en el Criosauna el frío ambiente es un frío seco. Al leer las señales de los receptores de la piel, el cerebro sabe que debe combatir esa temperatura ambiente extrema, lo que hace que se activen todos los sistemas de supervivencia: el metabolismo, el sistema inmunológico, el sistema linfático, quema de calorías, emisión de colágeno, endorfinas, testosterona, adrenalina. En lugar de enviar sangre tibia a las extremidades y la piel, el cuerpo se somete a una vasoconstricción severa de los vasos sanguíneos y capilares con el fin de mantener la temperatura central del cuerpo en unos 37°C. La sangre se desvía de las extremidades hacia un ciclo interno para proteger órganos vitales. Este proceso activa el enriquecimiento de la sangre (con hormonas, enzimas, oxígeno) y la circulación a los órganos internos bajo una mayor presión sanguínea.
Cuando se completa la sesión en el Criosauna, el cuerpo pasa por una rápida vasodilatación y la presión sanguínea interna deriva la sangre enriquecida de vuelta a las extremidades. La liberación de endorfinas y adrenalina provoca una sensación de bienestar y un mejorado estado de ánimo. Como la Crioterapia de Cuerpo Completo en Criosauna no congela los tejidos ni los músculos, se puede regresar inmediatamente a la actividad física. Esto es particularmente útil si la agenda de entrenamiento requiere más de una sesión de ejercicios al día. Con los baños de agua fría, en cambio, los músculos y los tejidos requieren descansar por varias horas para poder volver a hacer ejercicio físico.